Los síntomas del estrés pueden ser múltiples y variados y afectar tanto nuestro cuerpo como nuestro estado de ánimo y comportamientos. El malestar físico puede manifestarse como malestar estomacal, tensión muscular, migrañas y fatiga, mientras que nuestra conducta puede verse afectada por la irritabilidad, la tensión, tristeza, la falta de motivación, ansiedad, inquietud, falta de deseo sexual, disminución en la actividad física, consumo de drogas o alcohol, cambios en los hábitos de alimentación. También puede haber una tendencia a aislarnos o tener arrebatos de ira.
En los tiempos que vivimos es difícil evitar cierta cuota de stress, todos estamos expuestos a él, e incluso en alguna medida éste nos mantiene alertas frente a las posibles amenazas a nuestro bienestar. Pero una cuota excesiva deteriora nuestra calidad de vida, afecta nuestra salud y nos hace vulnerables.
Para disminuir el estrés es importante tomar algunas medidas que requieren de nuestra voluntad. Algunas de ellas pueden ser:
- Practicar alguna actividad física
- Mantener el contacto, aunque sea virtual, con familiares y amigos
- Dedicarle tiempo a actividades o hobbies que nos resulten placenteros
- Prácticas orientadas a la relajación, como yoga o meditación
- Evitar exceso de exposición a dispositivos electrónicos
- Alimentación saludable
- Suficientes horas de sueño (8 hs)
Si no logramos controlarlo y vemos afectada nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones o nuestra vida laboral es importante realizar una consulta profesional.
