Cultivar plantas, flores, huertas y frutales es una actividad muy positiva que en varios aspectos contribuye a nuestra salud mental y a nuestro bienestar psicológico. Por un lado es una actividad que disminuye la ansiedad, fomenta la constancia y la paciencia, el trabajo perseverante y por otro nos desconecta de pensamientos estresantes o preocupaciones recurrentes y nos propone un ámbito de creatividad, donde los colores, los olores y la composición mandan. También nos exige una actividad física que sirve para mantenernos activos y combatir el estrés y el sedentarismo, desaconsejado tanto por sus malas consecuencias para el cuerpo como para la Salud Mental.
Hay múltiples formas de practicarla, más allá de tener un jardín o un espacio abierto. Hoy se arman huertas verticales en balcones y terrazas, en espacios reducidos, y también pueden cultivarse plantas de interior en macetas.
Como corolario, los chicos también pueden participar de esta actividad y tener su propio cantero o macetas. Para ellos también se trata de una actividad estimulante que les enseña sobre los ciclos de la vida, del cuidado de la naturaleza y de los productos saludables para consumir. Los invita a observar, a ser pacientes y prodigar cuidados.
Una actividad sin dudas para tener en cuenta.